– Jesús, quería hablarte.
– ¿De qué?
– Pedirte una cosa. Algo que, se que es pequeño para ti, y mucho para mi. Un milagro.
– ¿Un milagro?
– Sí, ya escuchaste a esa decir que mi mujer estaba pidiendo por las calles. Pues yo había pensado que quizás tú podrías poner algo de oro sobre la mesa de mi casa, o quizas plata, o unas cuantas monedas, que también pueden ser de oro o plata. Si son de cobre harían el apaño si fueran un buen montón, lo suficiente para que mi mujer pudiera ir tirando sin tener que mendigar.
– Ya lo hice hace tres días. La vi en sueños mendigando y le dejé un montón de monedas de oro sobre su mesa. Deberías haber visto como lloraba de felicidad.
– ¿Y te dijo algo sobre mi?
– Sí, que en su corazón no cabe más amor que el tuyo.
– ¿De verdad? Gracias, muchas gracias… Perdón Jesús, de lo que me has dicho antes: ¿Le dejaste el dinero en sueños?
– Sí.
– ¿Pero eso es un milagro? Quiero decir, ¿tiene efecto real?
– No lo creo, fue un sueño.
– ¡Pero entonces mi mujer sigue como estaba!
– ¿Cómo estaba?
– ¡Pidiendo por las calles!
– ¿Tú la has visto?
– No, lo dijo esa mujer.
– ¿Y lo que te dijo esa mujer te hizo sentir mal?
– Sí.
– Y lo que te conté yo, ¿te hizo sentir bien?
– Sí.
– Pues elige el cuento que más te guste, los dos están hechos para ti.
12+1 Una comedia metafísica (2013)
Comentarios recientes