Y debo decir que confío plenamente
en la casualidad de haberte conocido.
Que nunca intentaré olvidarte,
y que si lo hiciera, no lo conseguiría.
Que me encanta mirarte
y que te hago mío con solo verte de lejos.
Que adoro tus lunares
y tu pecho me parece el paraíso.
Que no fuiste el amor de mi vida,
ni de mis días, ni de mi momento.
Pero que te quise, y que te quiero,
aunque estemos destinados a no ser.
Julio Cortázar