El árbol confundido
Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: «No sabía quién era. -Lo que le faltaba era concentración- le decía el manzano, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. – «¿Ves que fácil es?» – No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y -«¿Ves que bellas son?» Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: – «No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución: No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas…Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior.» Y dicho esto, el búho desapareció.¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…? ¿Conocerme…? Se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió… Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: -«Tú jamás...
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