Autor: admin

La estrella de mar

Cuentan que una vez un hombre mayor caminaba por la playa contemplando el mar, cuando a lo lejos vio una figura de un hombre que parecía bailar. Se apresuró para acercarse más a esa persona y ver exactamente lo que hacía. Cuando se acercó se dio cuenta que no estaba bailando sino tomando estrellas de mar y arrojándolas mar adentro tan fuerte como podía. Le pregunta entonces: – ¿Qué haces mi joven amigo? Este respondió: – La tarde está cayendo y la marea bajando, si no arrojo estas estrellas al mar morirán, así que las estoy enviando dentro del mar otra vez. El hombre mayor sonrió irónicamente y le dijo: – Pero hay miles de playas en todo el mundo, donde miles de estrellas de mar morirán. ¿Crees tú que con eso harás la diferencia? El joven se detuvo por un momento, suspiró, tomó otra estrella, la arrojó y dijo: – ¡Bueno, acabo de hacer la diferencia para...

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El traslado

La señora Angelina, bien equilibrada y orgullosa de 92 años de edad, estaba ya completamente lista como cada mañana a las 8 en punto. Con su cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado pese a ser case ciega, dispuesta a mudarse hoy a un asilo de ancianos. El que había sido su marido durante 70 años había muerto, lo que hacía necesario el traslado. Después de algunas horas de esperar pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, doña Angelina sonrió dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista. Mientras ella maniobraba su andadera al ascensor, la enfermera le daba una descripción detallado de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y las cortinas que habían sido colgadas en su ventana. – Me encantan- dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de ocho años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro. – Doña Angelina, usted aún no ha visto el cuarto, espere. – Eso no tiene nada que ver- dijo ella. – La felicidad es algo que no decide con anticipación. El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende de cómo yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría. – Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme. – Estas son mis posibilidades: Puedo pasarme el día...

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El éxito comienza con la voluntad

Si piensas que estás vencido, lo estarás. Si piensas que no te atreves, no lo harás. Si piensas que te gustaría ganar, pero no puedes, no lo lograrás. Si piensas que perderás, ya has perdido, porque en el mundo encontrarás, que el éxito comienza con la voluntad del hombre. Todo está en el estado mental. Porque muchas carreras se han perdido antes de haberse corrido, y muchos cobardes han fracasado, antes de haber su trabajo empezado. Piensa en grande y tus hechos crecerán. Piensa en pequeño y quedarás atrás. Piensa que puedes y podrás. Todo está en el estado mental. Si piensas que estás aventajado, lo estás. Tienes que pensar bien para elevarte. Tienes que estar seguro de ti mismo, antes de intentar ganar un premio. La batalla de la vida no siempre gana el hombre más fuerte, o el más ligero, porque tarde o temprano, el hombre que gana, es aquel que cree poder hacerlo. Rudyard...

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La olla embarazada

Un señor le pidió una tarde a su vecino una olla prestada. El dueño de la olla no era demasiado solidario, pero se sintió obligado a prestarla. A los cuatro días, la olla no había sido devuelta, así que, con la excusa de necesitarla fue a pedirle a su vecino que se la devolviera. — Casualmente, iba para su casa a devolverla… ¡el parto fue tan difícil! — ¿Qué parto? — El de la olla. — ¿Qué? — Ah, ¿usted no sabía? La olla estaba embarazada. — ¿Embarazada? — Sí, y esa misma noche tuvo familia, así que debió hacer reposo pero ya está recuperada. — ¿Reposo? — Sí. Un segundo por favor –y entrando en su casa trajo la olla, un jarrito y una sartén. — Esto no es mío, sólo la olla. — No, es suyo, esta es la cría de la olla. Si la olla es suya, la cría también es suya. “Este está realmente loco” -pensó- “pero mejor que le siga la corriente”. — Bueno, gracias. — De nada, adiós. — Adiós, adiós..Y el hombre marchó a su casa con el jarrito, la sartén y la olla. Esa tarde, el vecino otra vez le tocó el timbre. — Vecino, ¿no me prestaría el destornillador y la pinza? …Ahora se sentía más obligado que antes. — Sí, claro. Fue hasta adentro y volvió con la pinza...

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El increible progreso de la humanidad

Una tarde un nieto conversaba con su abuela sobre los acontecimientos actuales cuando él preguntó: — ¿Qué edad tienes abuela? La abuela respondió: —Bueno, déjame pensar un momento… Nací antes de la televisión, las vacunas contra la polio, las comidas congeladas, la fotocopiadora, los lentes de contacto y la píldora anticonceptiva. No existían los radares, las tarjetas de crédito, el rayo láser ni las prostitutas en línea. No se había inventado el aire acondicionado, el lavavajillas, las secadoras (las prendas se ponían simplemente a secar al aire fresco). El hombre todavía no había llegado a la Luna y no existían los aviones de propulsión a chorro para pasajeros. Tu abuelo y yo nos casamos y recién después vivimos juntos, y en cada familia había un papá y una mamá. “Gay” era una palabra respetable en inglés que significaba una persona contenta, alegre y divertida, no homosexual. De lesbianas nunca habíamos oído hablar y los muchachos no usaban aros. Nací antes de la computadora, las dobles carreras universitarias y las terapias de grupo. La gente no se analizaba, salvo que el médico les ordenara un examen de sangre o de orina. Hasta que cumplí 25 años, llamé a cada policía y a cada hombre “señor” y a cada mujer “señora” o “señorita”. En mis tiempos la virginidad no producía cáncer. Nuestras vidas estaban gobernadas por los 10 Mandamientos, el buen...

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