Cuéntamelo otra vez: es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez
que la pareja del cuento
fue feliz hasta la muerte.
Que ella no le fue infiel,
que a él ni siquiera se le ocurrió engañarla.
Y no te olvides de que,
a pesar del tiempo y los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco.
José Ramón Aylló