¿Quién soy yo para hablar de propiedades?
No poseo nada,
la tierra que piso no es mía,
el agua que bebo no es de mi propiedad.
Si acaso todo es un reflejo
de lo que llevo dentro,
pero no me pertenece.
Sólo hay dos cosas que poseo,
el amor que doy
y la voluntad que tengo.
Yo soy amor y decido a quien dárselo,
a cambio de nada,
lo doy, lo ofrezco, lo dono.
La voluntad de saber
donde coloco mis pies,
hacia donde dirijo mis pasos.
No poseo nada,
todo es fugaz, dura lo justo,
lo necesario para volverse eterno.
No poseo nada.
Si acaso sólo tengo dos brazos,
dos piernas chuecas,
las venas llenas
de letras y sueños lejanos.
No poseo nada,
no amarro, no ato.
Si he de tenerte libre y sin mí,
si he de ser tuya un rato,
dos vidas o un instante,
voy a amarte mientras seamos,
mientras dure.
Aprenderé de ti
mientras tus pasos se topen conmigo
y te contengan mis brazos…
no poseo nada,
sólo este amor
y la voluntad de darlo.
Mercedes Reyes Arteaga Corazón con alas de Petate
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