Le pidieron a un campesino que escogiera entre la Gallina de los Huevos de Oro y una gallina común y corriente. Sin vacilar, el campesino escogió la gallina común y corriente.

Todos rieron. ¿Por qué había escogido a una gallina como hay tantas, y no a la que ponía aquellos dorados huevos?

-La Gallina de los Huevos de Oro -razonó el campesino- morirá algún día, y ya no habrá más huevos de oro. La otra pondrá huevos; de ellos saldrán pollos, y habrá más gallinas que seguirán dando más huevos y más pollos, y otra vez más gallinas que darán…

Entonces los otros entendieron que la vida es lo de más, y la riqueza lo de menos.